Tazas de Inodoro

Tazas de inodoro de repuesto: cómo elegirlas y cambiarlas

El inodoro es uno de los elementos más importantes del baño, ya que lo usamos a diario y nos proporciona comodidad e higiene. Sin embargo, con el paso del tiempo, el uso y los golpes, puede sufrir desperfectos o roturas que afecten a su funcionamiento o a su estética. En estos casos, puede ser necesario cambiar la taza del inodoro, que es la parte donde nos sentamos y donde se evacuan los residuos.

Cambiar la taza del inodoro no es una tarea muy complicada, pero requiere ciertos conocimientos y herramientas. Además, hay que elegir bien el modelo adecuado, teniendo en cuenta el tipo de instalación, la forma, el tamaño y el diseño.

¿Qué tipos de tazas de inodoro hay?

Existen diferentes tipos de tazas de inodoro, según la forma, el tamaño y el sistema de salida de agua. Algunos de los más habituales son:

• Tazas compactas: son las más pequeñas y las más prácticas. Tienen una forma reducida y se ajustan a baños con poco espacio. Son perfectas para baños auxiliares o para personas con movilidad reducida.
• Tazas suspendidas: son las más innovadoras y las más limpias. Tienen una instalación mural, sin contacto con el suelo, lo que facilita la limpieza y crea una sensación de amplitud. Requieren un bastidor para ocultar la cisterna y los tubos.
• Tazas con salida horizontal: son las más tradicionales y las más fáciles de instalar. Tienen una salida de agua por la parte trasera, que se conecta directamente con el tubo de desagüe en la pared.
• Tazas con salida vertical: son las más antiguas. Tienen una salida de agua por la parte inferior, que se conecta con el tubo de desagüe en el suelo.
• Tazas con salida dual: son las más versátiles y las más adaptables. Tienen una salida de agua por la parte trasera o por la parte inferior, según se prefiera. Permiten cambiar la orientación del tubo de desagüe sin cambiar la taza.

¿Cómo elegir las tazas de inodoro de repuesto?

A la hora de elegir las tazas de inodoro de repuesto, es importante tener en cuenta algunos aspectos como:

• El tipo de instalación: lo primero que hay que hacer es comprobar el tipo de instalación que tiene nuestro inodoro actual, ya sea suspendido o apoyado en el suelo, y el tipo de salida de agua, ya sea horizontal, vertical o dual. De esta forma, podremos elegir una taza compatible con nuestro sistema o aprovechar para cambiarlo si lo deseamos.
• El espacio disponible: lo segundo que hay que hacer es medir el espacio disponible en nuestro baño, tanto el ancho como el fondo del inodoro. De esta forma, podremos elegir una taza adecuada al tamaño de nuestro baño, sin que sobresalga ni quede demasiado pegada a la pared.
• El diseño deseado: lo tercero que hay que hacer es elegir el diseño que queremos para nuestro inodoro nuevo, teniendo en cuenta la forma, el color y el estilo. Podemos optar por una taza que se parezca a la anterior o por una taza que cambie el aspecto de nuestro baño, según nuestro gusto personal.

También es posible reemplazar la taza por una similar a la anterior, ya que contamos con los mismos modelos que los inodoros completos.

¿Cómo cambiar las tazas de inodoro de repuesto?

Una vez elegida la taza de inodoro de repuesto, podemos proceder a cambiarla siguiendo estos pasos:

• Cerrar el agua: lo primero que hay que hacer es cerrar el agua del inodoro, girando la llave de paso que suele estar cerca de la cisterna o en la pared. Después, hay que vaciar la cisterna pulsando el botón o la palanca varias veces, hasta que no salga más agua.
• Desmontar el inodoro antiguo: lo segundo que hay que hacer es desmontar el inodoro antiguo, quitando la tapa y el asiento, desenroscando los tornillos que sujetan la cisterna a la taza y los tornillos que sujetan la taza al suelo o a la pared. Después, hay que desconectar el tubo de entrada de agua y el tubo de salida de agua, con cuidado de no dañarlos ni ensuciarlos. Por último, hay que retirar el inodoro antiguo y limpiar bien la zona donde estaba.

Montar el inodoro nuevo: lo tercero que hay que hacer es montar el inodoro nuevo, colocando la junta o la goma en la salida de agua de la taza y encajándola en el tubo de desagüe. Después, hay que fijar la taza al suelo o a la pared, usando los tornillos y los tacos adecuados. Luego, hay que conectar el tubo de entrada de agua a la cisterna y enroscar los tornillos que sujetan la cisterna a la taza. Por último, hay que colocar la tapa y el asiento, ajustándolos bien.